Habitar en Pandemia

La pandemia mundial que comenzó en marzo del 2020 modificó nuestra percepción del mundo, nos sumergió en la tecnología al mismo tiempo que nos permitió habitar el hogar y nuestro pequeño entorno. Esta inclinación fue concebida como propuesta y trasladada al campo artístico, generándose una obra que parte de la observación del paisaje cotidiano. Casualmente es el arroyo Chicamtoltina el que se presenta frente a mi casa en Alta Gracia, Córdoba. Su nombre significa agua fría en lengua comechingona. Su cauce se ha reducido en las últimas décadas debido a la apropiación ilegal del agua por parte del sector privado. Es una problemática presente para la ciudadanía porque además de haberse reducido en tamaño, está contaminado con residuos cloacales. Al respecto surgen las siguientes preguntas, ¿Cómo es habitar el arroyo Chicamtoltina para un altagraciense? ¿Cómo será sumergirse en él sabiendo que es sólo agua fría? ¿Cómo sería habitar completamente este espacio público, poder recorrerlo de inicio a fin? ¿Cuándo volveremos a ver su cauce real? ¿Cuándo volverá a ser un espacio de disfrute y goce popular? ¿Cuándo podrá el Valle¹ mostrar su verdadero poder?

Durante la cuarentena obligatoria, habitar el espacio estaba restringido a una cierta cantidad de cuadras, a no permanecer en el espacio público, a la distancia social, entre otras reglas nuevas que emergieron como forma de cuidado social. En un principio se exigió permanecer en los hogares y para ese entonces fue escrito el siguiente texto:

Vivo en un departamento en barrio Poluyán, Alta Gracia, frente al arroyo Chicamtoltina. Por las ventanas y desde el balcón veo el agua pasar, el sonido que esto produce se ha convertido en mi acompañante. Observo desde lo alto como si fuese un avistaje. Las formas de los sauces se dejan ir con el viento, las texturas y los colores del paisaje se adaptan al cambio de estación. Cierro los ojos y lo escucho. El arroyo me seduce, baila conmigo, posa para mí y yo lo interpreto. Me dejo llevar por su fluidez y, con apenas unos garabatos, aparecen las direcciones generales del dibujo. El puntapié perfecto para hundirme de lleno en generar texturas visuales. (LIBERALI, 2020)

De esta manera se inició un proceso gráfico que partió del dibujo e implicó la expansión de la gráfica a partir de técnicas de estampación, la constitución de una obra posible de ser habitada y un registro fotográfico de las derivas que surgieron en torno a habitar la obra.

Derivaciones Gráficas. De la Trama al Movimiento
El contexto de encierro, la limitación física, la imposibilidad de trabajar en un taller y de comprar materiales redujeron las posibilidades de técnicas a utilizar. Se trabajó con lo que se tenía a disposición y aquí fue la estampación por sublimación.² Esta técnica, por su bajo nivel de toxicidad, permitió habitar de la manera menos nociva para el cuerpo y el medio ambiente. Por esta razón la obra se inició en el dibujo con tintas de sublimación que por su acción directa y experimental permitió el desarrollo del boceto-matriz.³ El dibujo por su capacidad, generó un gesto expresivo, plástico, rápido y ágil, en el que entró en funcionamiento el factor corporal, el movimiento. El proceso gráfico estuvo íntimamente ligado a habitar el espacio, es por ello que se representó el paisaje del arroyo. Ante la necesidad de enfatizar aún más esta idea se corporizó el dibujo, para luego convertirlo en un nuevo territorio habitable. La obra que comenzó siendo un dibujo derivó en objeto.

Por otra parte, considerando que las técnicas tradicionales de grabado suelen ser altamente tóxicas es que hace algunos años que trabajo con técnicas de menor grado de toxicidad.⁴ Las nuevas tecnologías son las que propician el desarrollo de nuevas técnicas además del afán de los grabadores y grabadoras de buscar, en diferentes ámbitos de la industria, técnicas que se adecúen a los procesos gráficos. En este caso la técnica utilizada fue la sublimación que proviene de la industria textil y es introducida en el campo del arte. De esta manera, los dibujos realizados con tintas de sublimación fueron estampados sobre tela, la tela fue confeccionada y rellena. De forma tal que se configuró un objeto blando o grabado blando⁵, el objeto en sí tiene la apariencia de un manto, un acolchado o un cobertor.

La obra Chicamtoltina es un conjunto de derivaciones gráficas, el dibujo derivó en objeto, lo que generó nuevos disparadores. El manto en vínculo con el cuerpo propuso cubrirse, adentrarse, envolverse, fue como volver a sumergirse en el arroyo, hundirse en él. De esta manera, el grabado blando como territorio habitable cobró relevancia a partir de la interpretación, proponiendo nuevas lecturas que fueron registradas de manera audiovisual. La obra derivó en el vínculo con el cuerpo, cubrió, destapó, sumergió y transformó, tornándose accesible en oposición al espacio del arroyo que por su contaminación se vuelve inaccesible. De esta manera se renovó la necesidad de habitar, la obra se transformó, fluyó y derivó al igual que lo hacen las aguas frías del Chicamtoltina.

Arte en Contexto de Pandemia. Nuevas Maneras de Habitar
La obra Chicamtoltina involucró un conjunto de derivaciones gráficas que fueron desde el dibujo al objeto y finalmente al registro audiovisual. Este recorrido estuvo siempre acompañado por el concepto de habitar, lo que generó múltiples interpretaciones. Habitar está vinculado al cuerpo y a la necesidad de vivenciar como forma de entender el mundo que nos rodea. Involucrar el propio cuerpo con la obra y generar un nuevo espacio de libertad en oposición al encierro por la pandemia.
En resumen, habitar nos abre la posibilidad de vivenciar con el cuerpo, y así nos involucra indefectiblemente. El arte puede ser entonces un generador de territorios habitables y un propulsor de nuevas miradas e interpretaciones.